miércoles, 23 de septiembre de 2009




SUCEDIÓ UNA NOCHE

Sus temblorosas manos
abrigan el cuerpo,
los besos intentan devolverle
el cálido aliento,
la mirada implora
buscando una respuesta de consuelo.
Pero…se le fue la vida
y acunado con la nana del adiós,
la noche lo envolvió en su frío.
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Esperanza García Guerrero.

Publicado en la Antología "Arde en tus manos"

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1 comentario:

  1. Precioso poema, con el sentir de un último momento, me ha encantado. Besos para tí y ya sé que no vienes, lo siento mucho, Inés

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