¿Qué une a España?
Ya lo pronosticaron los más alarmistas
¡Cuidado…cuidado, la unidad de España corre el riesgo de desmembrarse! Lo
repetían una y otra vez, sin embargo sus toques de trompetas apocalípticas
fueron ignorados. Ahora se jactan de haber acertado en su vaticinio, dan por
hecho que la unificación nacional está llegando
a su fin, ven como la marcha del hijo pródigo es algo real y se
preguntan: ¿Qué haremos el resto de los españoles? ¿Qué ocurrirá cuando miremos
hacia la esquina más oriental de la península y la encontremos en otros límites
fronterizos? ¿Cómo podremos superar el síndrome del nido vacío?
De nada vale la insistencia de algunos sectores por serenarlos,
es inútil que les digan una y otra vez
que la unidad está garantizada, que se olviden de la fragmentación nacional.
Ante esta visión de un futuro separatista, yo los
tranquilizaría recordándoles que por suerte todavía existen dos cosas que nos
reúnen alrededor del mismo fuego.
Una es la Selección
Española cuando participa en la Copa Mundial de Fútbol, en esa competición
la inmensa mayoría sentimos como propios la intensidad de los colores rojo y
gualda, enarbolando con orgullo la bandera mientras gritamos el nombre de la
patria.
Y otra El
Corte Inglés, no es por hacer publicidad, pero hay que reconocer que está
unido a la memoria de varias generaciones de nuestra nación, algo bastante
paradójico porque si se llamase El Corte
Español tendría más sentido, sin embargo y pese a utilizar un término
anglosajón, basta oír su nombre en el lugar más apartado del globo terrestre
para que automáticamente pensemos en España.
Este centro comercial es quien anuncia la llegada de las estaciones estivales,
quienes en diciembre nos recibe con su deslumbrante decorado navideño,
invitándonos a disfrutar con ilusión de
un consumismo desmesurado, y quienes
ajenos a conflictos sociales o huelgas generales, abrirán siempre las puertas
para que entre sus muros podamos hallar
esa paz que nos niegan en el exterior.
No hay autonomía donde sus edificios no estén
presentes para recordarnos que estamos dentro de los límites de la patria. El
uniforme de los empleados unifica regiones, la excesiva amabilidad con el
cliente lima las asperezas del separatismo, los colores blanco y verde de su
marca comercial borran fronteras, el hilo musical aúna lenguas… Y para los que
son algo agnóstico y todavía no sienten que se encuentran en un único estado,
hay una prueba irrefutable: Pueden comprar con plena confianza un producto en
el norte del territorio nacional, porque si no están conforme, tienen
garantizada la devolución en el extremo
más meridional.
Autora: Esperanza García Guerrero ©
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