sábado, 23 de enero de 2010

ENSAYO

SÓFOCLES Y EL TEATRO DE VANGUARDIA


Releyendo Antígona, una de las obra mas conocidas de Sófocles, me pregunto si al discípulo de Esquilo, el Oráculo de Delfos le pronosticó su vigencia después de tantos siglos.
¿Pensó el ateniense por algún momento, que superaría en inmortalidad a su maestro, el dramaturgo Esquilo? ¿Creyó que después de alcanzar su primer triunfo con Triptolemo, la leyenda del héroe eleusino que enseñó a la Humanidad los trabajos de
l campo, conseguiría escribir obras como: Edipo rey, Electra, Áyax, Antígona…? Las cuales continúan leyéndose y representándose en el siglo XXI.
Esta vigencia suya como cabe pensar, no ha sido permanente a lo largo del tiempo, por ejemplo en España, el escaso interés que suscitó su obra, no cambió hasta que en el siglo XVIII el jesuita Manuel Aponte, llevó a cabo una versión al castellano de Edipo.
Aunque yo creo que fue el deseo de innovar y experimentar del teatro de vanguardia, cuando tal vez sin pretenderlo, se volvió al origen, encontrándose así con las tragedias griegas y con Sófocles su gran representante.
En el modelo básico de vanguardia, aportado por Antonin Artaud (creador del teatro de la crueldad), se ve como ambos autores buscan un género que aterroriza y purifica al mismo tiempo, representándolo de forma ceremonial, y hacen partícipe a los asistentes del destino y la naturaleza, creando así un nexo de unión del actor con el público.
En las obras de los dos escritores hay elementos comunes como el delirio, la magia, el sueño, la crueldad, o la liberación del imperialismo del poder. A través de la representación, quieren desvelar la conciencia de lo que está oculto, haciéndonos ver en cada acción, el inicio de una inesperada solución.
Un ejemplo claro de la influencia del creador griego en el teatro de vanguardia, concretamente en el movimiento surrealista, lo vemos con Antígona. En ambos casos hay un sentimiento de fractura y crisis, problemas con la libertad individual y social, o acoplamientos de realidades que en apariencia son inconciliables.
Con respecto a la escenografía, encuentro una similitud muy acentuada entre el ateniense y parte de esta tendencia teatral. Tanto uno como otro con decorados mínimos, crean sobre el escenario líneas espaciales y temporales imaginarias, sin demasiada atención al mundo real, aumentando aún más la complicidad con el espectador.
En este aspecto también se podría incluir la influencia del dramaturgo, en la utilización que éste le da a la situación de sus personajes como el individualismo, la soledad dramática o el aislamiento físico. Convirtiéndolos a través de su postración espacial, en un eje dramático con independencia propia. La ubicación de ellos, así como la aparición y desaparición del escenario, ayuda a crear la tensión dramática espacial.
Otro ejemplo de su influencia aplicada a la escena y utilizada en algunas representaciones vanguardistas, es la derivación del periacto: artificio prismático con un paisaje diferente pintado en cada una de sus tres caras, sólo que con el paso de los siglos ha evolucionado, utilizándose proyecciones de películas, imágenes o el uso de luces de neón, pero cuyo fin es el mismo.
En conclusión, la escenografía como estructura visual y temporal en función con el teatro, la utilizan para poder proyectar y comunicar las ideas con mayor claridad, donde el público es un elemento más.
Sófocles supo añadir la proporción y mesura correcta en todos los aspectos. Destacando por el dominio de la ironía, el estilo literario armonioso y el gusto por la sencillez del lenguaje.
Consiguió dotar a sus personajes de un equilibro dialéctico y una sabiduría distinta a los de sus coetáneos; pidiéndole incluso complicidad psicológica al protagonista, animándolo a su participación espontánea durante la representación. Innovó introduciendo un tercer personaje.
Su obra que relacionaba continuamente la ley humana y lo natural, hacía hincapié en decir que las leyes, no mejoran la vida del ciudadano, por lo que se propuso mejorar la materia sobre la que incidía el teatro “el alma humana”.
Todo ello explica el éxito que obtuvo en su tiempo, así como su vigencia actual.
El único aspecto que pienso no ha sido utilizado como referente, es la excesiva búsqueda de la perfecta belleza de los griegos. La evolución del ser humano y con ella la del teatro, ha comprobado a través de la experiencia que la incorrección es parte de la existencia. En este punto hay que destacar que aunque Sófocles intenta también llegar a la perfección artística, es menos expresivo y mas flexible que Eurípides o Esquilo.
Después de todo lo expuesto, me quedo con la idea, que salvando la distancia de los siglos, tanto a los vanguardistas como a Sófocles, les unía el gusto por innovar y transmitir, intentando crear un nuevo tipo de espectáculo y espacio.

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Publicado en la revista Groenlandia
Esperanza García Guerrero

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