---- J. L. Borges. El Oro de los Tigres
El Beso de Gustav Klimt
CABALLO DE TROYA
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Quise negarte, quise escapar
antes de que fuera tarde:
Cerré las ventanas, tricé tus fotos,
taché tu nombre de todas mis agendas,
me llené de niebla las cuencas de los ojos.
Para no pensarte
me emborraché de horas, de voces, de calles.
Pero tú, Caballo de Troya,
ya habías tomado la ciudadela de mi entraña;
el virus suave de tu aliento
fue consumiendo mis vísceras,
y estallaste en el centro de mi pecho
con la furia de un parto
o de una sinfonía.
Ya no tengo donde esconderme,
ahora sólo puedo gritar que te amo,
gritar tu cuerpo hasta que la voz me sangre,
hasta que mi garganta no sea más
que una pura llaga enamorada.
antes de que fuera tarde:
Cerré las ventanas, tricé tus fotos,
taché tu nombre de todas mis agendas,
me llené de niebla las cuencas de los ojos.
Para no pensarte
me emborraché de horas, de voces, de calles.
Pero tú, Caballo de Troya,
ya habías tomado la ciudadela de mi entraña;
el virus suave de tu aliento
fue consumiendo mis vísceras,
y estallaste en el centro de mi pecho
con la furia de un parto
o de una sinfonía.
Ya no tengo donde esconderme,
ahora sólo puedo gritar que te amo,
gritar tu cuerpo hasta que la voz me sangre,
hasta que mi garganta no sea más
que una pura llaga enamorada.
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AAntonio J. Sánchez
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Es un honor estar en este blog, donde me encuentro a tan buenos amigos, y tanta calidad artística y literaria.
ResponderEliminarGracias por incluir uno de mis poemas. Un beso, Esperanza
Gracias a tí por permitir que cuente con tu presencia.
ResponderEliminarEl poema tiene ímpetu, es directo, y la vez cargado de sensibilidad...Todo un lujo tenerlo en el blog
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAntonio, es un poema con fuerza, de una belleza extraordinaria, cada verso es un disfrute. Muchos besos, Inés
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